Artritis reumatoide, conviviendo con el dolor articular

La artritis reumatoide es una enfermedad que afecta a millones de personas en todo el mundo. Se caracteriza por el dolor articular y la inflamación, lo que puede dificultar la realización de actividades cotidianas.

A continuación exploraremos algunas características de la artritis y cómo convivir con el dolor articular.

Es importante que los lectores comprendan los síntomas de la artritis para poder identificarla y buscar tratamiento. Los síntomas pueden variar según el tipo de artritis, pero algunos de los más comunes incluyen dolor articular, rigidez, hinchazón y dificultad para mover las articulaciones.

¿Qué es la artritis reumatoide?

Es una enfermedad inflamatoria crónica de origen desconocido que se caracteriza por poliartritis
simétrica y periférica. Constituye la modalidad más frecuente entre las artritis inflamatorias crónicas y suele ocasionar daño articular y discapacidad física. Se trata de un trastorno de orden general (sistémico) y por ello la puede acompañarse de diversas manifestaciones extra articulares, como fatiga, nódulos subcutáneos, afectación pulmonar, pericarditis, neuropatía periférica, vasculitis y anomalías hematológicas.

Harrison, Principios de Medicina Interna. E. XIX, Vol. 2
Imagen generada por Bing IA, representa inflamación en articulación de manos

Manifestaciones clínicas

Al inicio de la enfermedad las manifestaciones son consecuencia de la inflamación de articulaciones, tendones y bolsas sinoviales. El paciente suele señalar rigidez matinal temprana en las articulaciones, que dura más de 1 hora y que desaparece con la actividad física.

De modo característico, las primeras articulaciones afectadas son las pequeñas de manos y pies. Los datos iniciales de la afectación articular pueden ser: monoarticular, oligoarticular (cuatro articulaciones o menos) o poliarticular (más de cinco articulaciones), por lo común en una distribución simétrica.

En el comienzo, en algunos sujetos con artritis inflamatoria habrá afectación de muy pocas articulaciones para clasificar el cuadro como artritis reumatoide y así surge la artritis inflamatoria indiferenciada.

Además de los síntomas articulares, la artritis reumatoide también puede afectar a otros sistemas del cuerpo, como la piel, los ojos, los pulmones y el corazón. Por ejemplo, algunos pacientes pueden presentar nódulos reumatoides en la piel, ojos secos y enrojecidos, dificultad para respirar o dolor en el pecho.

La evolución de la artritis reumatoide es variable y puede ser diferente de una persona a otra. En algunos casos, la enfermedad puede progresar rápidamente y causar daño articular irreversible en pocos meses o años. En otros casos, la evolución puede ser más lenta y los síntomas pueden ser menos graves.

Si experimenta alguno de estos síntomas, es importante que consulte a un médico para obtener un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado. El tratamiento temprano puede ayudar a prevenir daños permanentes en las articulaciones y mejorar la calidad de vida de las personas con artritis reumatoide.

¿Cómo se produce la Artritis reumatoide?

La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune crónica que se caracteriza por la inflamación de las articulaciones y otros tejidos del cuerpo. La fisiopatología de la artritis reumatoide se basa en la activación del sistema inmunológico, que produce una respuesta inflamatoria exagerada en las articulaciones y otros tejidos del cuerpo.

Esta inflamación crónica produce una destrucción progresiva del cartílago y del hueso de las articulaciones, lo que conduce a la deformidad y la discapacidad. Además, la inflamación también puede afectar a otros órganos y sistemas del cuerpo, como el corazón, los pulmones y los vasos sanguíneos.

La causa exacta de la artritis reumatoide no se conoce, pero se cree que es una combinación de factores genéticos y ambientales. Los estudios han demostrado que ciertos genes pueden aumentar el riesgo de desarrollar artritis reumatoide, pero también se ha demostrado que factores ambientales, como el tabaquismo y la exposición a ciertos virus y bacterias, pueden desencadenar la enfermedad en personas con predisposición genética.

Tratamiento

El tratamiento de la artritis reumatoide ha mejorado significativamente en las últimas décadas. Los medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (DMARD) y los inhibidores de la proteína quinasa (IPQ) han demostrado ser efectivos para reducir la inflamación y prevenir el daño articular. Además, los tratamientos biológicos y los biosimilares han mejorado la calidad de vida de muchas personas con artritis reumatoide.

Es importante que las personas con artritis reumatoide reciban un diagnóstico y tratamiento tempranos para prevenir el daño articular irreversible. Además, el seguimiento regular con un reumatólogo puede ayudar a ajustar el tratamiento y controlar la evolución de la enfermedad. La educación del paciente y la participación activa en el manejo de la enfermedad también son fundamentales para mejorar la calidad de vida de las personas con artritis reumatoide.

Fisioterapia como herramienta para ayudar en la artritis reumatoidea

La fisioterapia y la terapia ocupacional son dos herramientas importantes en el manejo de la artritis reumatoidea. La fisioterapia se enfoca en mejorar la movilidad y la fuerza muscular, así como en reducir el dolor y la inflamación. Los ejercicios terapéuticos pueden ayudar a mantener la flexibilidad y el rango de movimiento de las articulaciones afectadas. Además, la fisioterapia puede incluir técnicas de relajación y estiramientos para aliviar la tensión muscular y mejorar la postura.

Por otro lado, la terapia ocupacional se enfoca en ayudar a las personas con artritis reumatoidea a realizar sus actividades cotidianas de manera más efectiva y segura. Los terapeutas ocupacionales pueden enseñar técnicas para ahorrar energía y reducir el estrés en las articulaciones, así como proporcionar dispositivos de asistencia para facilitar las tareas diarias. También pueden ayudar a las personas a adaptar su entorno para hacerlo más accesible y seguro.

Vivir con artritis

Vivir con artritis reumatoidea puede ser un desafío, ya que esta enfermedad crónica causa dolor, rigidez y debilidad muscular en las articulaciones. Sin embargo, es posible llevar una vida plena y activa con artritis reumatoidea si se toman medidas para controlar los síntomas y se adoptan hábitos saludables.

Como mencioné anteriormente, el tratamiento de la artritis reumatoidea puede incluir medicamentos para reducir la inflamación y el dolor, terapia física para mejorar la fuerza y la flexibilidad, y cambios en el estilo de vida para reducir el estrés en las articulaciones. También es importante trabajar en estrecha colaboración con un médico especialista en artritis reumatoidea para desarrollar un plan de tratamiento personalizado.

Además, es importante cuidar la salud emocional al vivir con artritis reumatoidea. La enfermedad puede ser frustrante y limitante, por lo que es importante buscar apoyo emocional de amigos, familiares y grupos de apoyo. También es importante mantener una actitud positiva y centrarse en las cosas que se pueden hacer en lugar de las que no se pueden hacer debido a la enfermedad.

Conclusión

Las personas con artritis reumatoidea deben tomar medidas para controlar su enfermedad y mejorar su calidad de vida. Es importante que sigan las indicaciones de su médico y tomen sus medicamentos de manera regular.

Además, deben llevar una dieta saludable y realizar ejercicio físico moderado para fortalecer sus músculos y articulaciones. También es recomendable que eviten el estrés y el sedentarismo, y que busquen apoyo emocional en familiares, amigos o grupos de apoyo para pacientes con artritis.

Infórmense sobre su enfermedad y aprendan a reconocer los síntomas de un brote. De esta manera, podrán actuar de forma temprana y evitar complicaciones. Además, es importante que sepan cómo utilizar los dispositivos de ayuda, como los bastones o las sillas de ruedas, para facilitar su movilidad y reducir el dolor.

Lo fundamental es no rendirse, seguir luchando por su bienestar. Aunque la enfermedad puede ser limitante, existen tratamientos y terapias que pueden mejorar su calidad de vida.

Es importante mantener una actitud positiva y buscar actividades que les gusten y les hagan sentir bien. Con el apoyo adecuado, las personas con artritis reumatoidea pueden llevar una vida plena y satisfactoria.

Autor

Artritis reumatoide, conviviendo con el dolor articular
Virgilio Vasquez
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